Tabla de contenido:
- ¿Cuál es el vínculo entre el cáncer de hígado y el tabaquismo?
- ¿Cómo afecta el tabaquismo a la función hepática?
- Dejar de fumar es la mejor decisión
Cuando le diagnostican una enfermedad hepática, su médico le recomendará que deje de fumar junto con otras sugerencias para cambiar el estilo de vida. Debido a que las partes del cuerpo funcionan juntas y ningún órgano es una entidad separada, fumar no solo tiene un impacto negativo en los pulmones. Fumar también tiene un impacto en la función hepática al superar los efectos dañinos de las toxinas y el humo del cigarrillo. De hecho, fumar puede provocar cáncer de hígado.
¿Cuál es el vínculo entre el cáncer de hígado y el tabaquismo?
Una nueva investigación confirma que el vínculo entre el tabaquismo, la obesidad y el consumo excesivo de alcohol son factores de riesgo importantes para el cáncer de hígado
Investigadores de EE. UU. Y Europa estudiaron a 125 pacientes con cáncer de hígado para determinar los factores de riesgo que contribuían a su enfermedad. Los investigadores compararon este grupo de pacientes con 229 individuos sin cáncer que fueron ajustados por edad, sexo y otros factores. Todos los participantes forman parte de un grupo de investigación formado para que los investigadores puedan investigar el papel de los factores biológicos, dietéticos, de estilo de vida y ambientales en el desarrollo del cáncer y otras enfermedades crónicas.
Descubrieron que casi la mitad de todos los casos de cáncer de hígado en el estudio estaban relacionados con el tabaquismo.
¿Cómo afecta el tabaquismo a la función hepática?
Una de las principales funciones del hígado es ofrecer toxinas en el torrente sanguíneo. Este órgano filtra la sangre, separando las sustancias necesarias para mantener las funciones vitales del cuerpo. Cuantas más sustancias tóxicas deban filtrarse, más atascado se volverá el hígado y menos eficiente será para llevar a cabo esta tarea.
Cuando se trata de procesar grandes cantidades de sustancias tóxicas contenidas en el humo del cigarrillo con una superficie limitada del hígado, aumenta el riesgo de enfermedad hepática. Al funcionar con enfermedades como la cirrosis o la hepatitis, cada vez hay menos parte del hígado que puede filtrar sustancias tóxicas. La cirrosis no solo inhibe la capacidad regenerativa del hígado, sino que también reduce su capacidad para filtrar sustancias tóxicas.
El hígado también juega un papel en la regulación de la grasa en la sangre a través de la presencia de colesterol, tanto el colesterol "bueno" (HDL) como el colesterol "malo" (LDL). La proporción óptima de colesterol bueno y malo se ve comprometida por la enfermedad hepática, y cuando se combina con la capacidad de la nicotina para elevar los niveles de grasa en sangre, esto crea una acumulación peligrosa de grasas en sangre. La nicotina, el ingrediente activo y adictivo del tabaco, es un estimulante del sistema nervioso central y cardiovascular. La nicotina hace que los vasos sanguíneos se contraigan, aumenta la presión arterial al estimular el corazón y aumenta los niveles de grasa en la sangre. El exceso de grasa en la sangre puede tener consecuencias nefastas, desde hipertensión hasta ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares.
Fumar puede cambiar la función de las células hepáticas dañadas, reducir la tasa de regeneración celular normal y favorecer el desarrollo del cáncer. El humo del cigarrillo contiene muchos carcinógenos conocidos. El alquitrán en el humo del cigarrillo contiene hidrocarburo aromático polinuclear (PAH), que es el material que se une al ADN celular que causa daño y desencadena trastornos celulares, también conocido como cáncer.
Dejar de fumar es la mejor decisión
Incluso si no tiene una enfermedad hepática, debe evitar fumar y dejar de fumar. Esa es la forma más eficaz de prevenir diversas enfermedades. Elegir entre una vida sana o el riesgo de muchas enfermedades, todo depende de ti. Sin embargo, sabemos que siempre querrás hacer feliz a tu familia, por eso no hay duda de lo que elegirás.
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