Tabla de contenido:
- ¿Qué es el síndrome de Potter?
- ¿Qué sucede cuando un bebé tiene el síndrome de Potter?
- Diagnóstico del síndrome de Potter
- Opciones de tratamiento que se pueden relacionar con esta afección
El líquido amniótico juega un papel importante para el crecimiento y desarrollo del bebé mientras está en el útero. Si el líquido amniótico se ve comprometido, esto tendrá un impacto directo en la salud general de su bebé. La falta de líquido amniótico puede causar el síndrome de Potter en los bebés.
¿Qué es el síndrome de Potter?
El síndrome de Potter es una afección poco común que se refiere a una anomalía física causada por muy poco líquido amniótico (oligohidramnios) e insuficiencia renal congénita que se desarrolla cuando el bebé está creciendo en el útero.
El líquido amniótico en sí mismo es uno de los factores que favorecen el crecimiento y desarrollo del bebé mientras está en el útero. El líquido amniótico aparece 12 días después de la concepción. Luego, alrededor de las 20 semanas de gestación, la cantidad de líquido amniótico dependerá de la cantidad de orina (orina) que produzca el bebé mientras está en el útero. En un desarrollo normal, el bebé tragará líquido amniótico que luego es procesado por los riñones y excretado en forma de orina.
Sin embargo, cuando los riñones y el tracto urinario del feto no pueden funcionar correctamente, puede causar problemas que hacen que el bebé produzca menos orina. Como resultado, la cantidad de líquido amniótico producido tiende a disminuir.
Menos líquido amniótico hace que el bebé no tenga un cojín en el útero. Esto hace que el bebé ejerza presión sobre la pared uterina, provocando una apariencia facial característica y una forma corporal inusual. Bueno, esta condición se llama síndrome de Potter.
¿Qué sucede cuando un bebé tiene el síndrome de Potter?
Los bebés que tienen este síndrome tienen las características de orejas más bajas que los bebés normales, barbillas pequeñas y retraídas, pliegues de piel que cubren las esquinas de los ojos (pliegues epicantales) y un puente de la nariz ensanchado.
Esta condición también puede hacer que otras extremidades sean anormales. Además, la falta de líquido amniótico durante el embarazo también puede dificultar el desarrollo de los pulmones del bebé, por lo que los pulmones del bebé no pueden funcionar correctamente (hipoplasia pulmonar). Este trastorno también puede hacer que el bebé tenga defectos cardíacos congénitos.
Diagnóstico del síndrome de Potter
El síndrome de Potter generalmente se diagnostica durante el embarazo mediante una ecografía (USG). Aunque en algunos casos, esta afección solo se descubre después de que nace el bebé.
Los signos que pueden reconocerse en una ecografía incluyen anomalías renales, el nivel de líquido amniótico en el útero, anomalías pulmonares y los rasgos característicos del síndrome de Potter en la cara del bebé. Mientras tanto, en el caso del síndrome de Potter, que solo se descubre después de que nace el bebé, los síntomas incluyen una pequeña cantidad de producción de orina o una dificultad respiratoria que hace que el bebé tenga dificultad para respirar (dificultad respiratoria).
Si el diagnóstico del médico sospecha de los signos y síntomas del síndrome de Potter, el médico generalmente realizará más pruebas. Esto se hace para determinar la causa o averiguar su gravedad. Algunas de las pruebas adicionales que realizará el médico generalmente incluyen pruebas genéticas, análisis de orina, radiografías, tomografías computarizadas y análisis de sangre.
Opciones de tratamiento que se pueden relacionar con esta afección
Las opciones de tratamiento del síndrome de Potter en realidad dependen de la causa de la afección. Algunas de las opciones de tratamiento que los médicos suelen recomendar para los bebés que nacen con el síndrome de Potter incluyen:
- Un bebé con síndrome de Potter puede necesitar una ayuda para respirar. Esto puede incluir reanimación al nacer y ventilación para ayudar al bebé a respirar normalmente.
- Algunos bebés también pueden necesitar una sonda de alimentación para asegurarse de que estén recibiendo una nutrición adecuada.
- Cirugía del tracto urinario para tratar la obstrucción del tracto urinario.
- Si hay problemas con los riñones del bebé, se puede recomendar diálisis o diálisis hasta que se disponga de otro tratamiento, como un trasplante de riñón.
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