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4 El impacto negativo si los padres a menudo le dan palmadas en las nalgas al niño

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Anonim

Educar a un niño requiere paciencia, especialmente cuando se porta mal. No es raro que los padres disciplinen a los niños con castigos físicos, como azotar a un niño. Sin embargo, ¿es esto algo natural? ¿Cuál es el impacto si los padres a menudo golpean las nalgas de los niños?

¿Puedes darle una palmada en el trasero a un niño?

El castigo corporal parece haber sido practicado por muchos padres durante generaciones para disciplinar a sus hijos.

Empezando por torcer las orejas hasta golpear las nalgas del niño. Lauren M. O'Donnell, PsyD, psicóloga infantil de Kids Health comparte su opinión al respecto.

Según él, disciplinar a un niño dándole nalgadas no es una acción eficaz. Los estudios realizados por la Academia Estadounidense de Pediatría (APA) también muestran lo mismo.

En lugar de hacer que los niños se sientan disuadidos por su delincuencia, el castigo físico, como los azotes, tendrá un impacto negativo en la vida del niño.

No solo la salud física, sino también la condición psicológica del niño cuando crezca.

No solo eso, cuanto más a menudo los padres los golpean, más severo será el castigo. Como resultado, esta acción puede dar lugar a casos de violencia contra los niños.

El impacto negativo si a los padres les gusta azotar al niño en las nalgas

La mayoría de los padres pueden estar de acuerdo en que dar nalgadas no es la forma correcta de disciplinar a un niño.

Sin embargo, también hay quienes todavía aplican este método con la esperanza de que sus hijos mejoren.

De hecho, pegarle nalgadas a un niño no es una acción eficaz para disciplinar a los niños cuando cometen errores. La razón es que hay muchos impactos negativos que pueden ocurrir en un niño si a menudo es golpeado en las nalgas, tales como:

1. Enseñe a los niños a comportarse de esta manera

¿Recuerda el dicho: "El fruto no cae lejos del árbol"? Sí, este adagio puede ilustrar cómo los efectos de la paternidad tendrán un impacto en la vida de los niños más adelante.

Si los padres suelen aplicar castigos físicos, como abofetear o pegar a un niño, algún día el niño también lo hará en el futuro.

2. El niño se vuelve más agresivo

Los niños que a menudo son castigados con azotes tienden a desarrollar actitudes agresivas.

Por ejemplo, cuando se siente enojado, triste, molesto e insatisfecho, puede golpear a sus amigos u otras personas a su alrededor para desahogar sus emociones.

Además de ser más agresivos, los niños que se crían bajo castigos corporales son más propensos a desarrollar problemas psiquiátricos en el futuro.

3. Reducir el corazón y la mente de los niños

Azotar a un niño en las nalgas acompañado de palabras duras llenas de ira no solo entristece a los niños. Especialmente si esta acción se realiza frente a amigos u otras personas.

Los niños se sentirán pequeños, inseguros, temerosos de hacer algo y les resultará difícil socializar con otras personas en el futuro.

Esta acción también puede generar la percepción de que los padres son algo a lo que temer, no respetar. Ciertamente no quieres que tu pequeño piense que lo eres, ¿verdad?

4. Empeoramiento de su relación con los niños

Además de desanimar a un niño, el acto de darle una palmada en el trasero también puede hacer que el niño sea más desobediente. Los niños que sienten dolor cuando son golpeados ciertamente no aceptarán que los traten de esa manera.

Como resultado, el niño puede intentar defenderse con sus acciones o palabras.

En lugar de ser una solución, pegarle a un niño puede empeorar las cosas. Si esto continúa, la relación entre su hijo y usted ciertamente no irá bien.

Comparado con azotar a un niño, tal vez esto sea mejor

Azotar a un niño no es la única forma de disciplinarlo. Puede aplicar otros métodos, como métodos se acabó el tiempo . Este método ayudará a calmar sus emociones de enojo y le dará tiempo a su hijo para reconocer y lamentar sus errores.

El truco, pedirle al niño que entre a la habitación y reflexione sobre sus errores. Lleve un juguete o artilugio con el que pueda jugar en la habitación.

Déjelo por menos de una hora. Luego, puede pedirle a su hijo que admita errores, se disculpe y prometa no repetir los errores nuevamente.

También puede proporcionar otros castigos que sean más útiles. Por ejemplo, si su hijo hace garabatos en las paredes y ensucia su habitación, puede castigarlo por limpiar su propia habitación.

De esa forma, los niños aprenderán a responsabilizarse de sus errores y no los volverán a repetir.


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